viernes, 27 de mayo de 2011

El Liberalismo Economico

El inicio del liberalismo económico está en su lucha contra el sistema económico político absolutista. Con su habitual agudeza Voltaire reivindica la virtud del empresario contra la nobleza ociosa en estos términos: «el negociante oye hablar tan a menudo con desprecio de su profesión que es lo suficientemente tonto como para enrojecer de ella. No sé, empero, quién es más útil a un Estado, un señor bien empolvado que precisamente a qué hora el rey se levanta, a qué hora se acuesta, y que se da aire de grandeza haciendo el papel de esclavo en la antecámara de un ministro, o un negocio que enriquece a su país, desde su despacho dando órdenes a Surate y al Cairo contribuye a la felicidad del mundo.»

También tuvieron que luchar contra las teorías mercantilistas que defendían regulación de la economía por el Estado. La libertad económica tiene su base en el conocimiento de la realidad que sólo los empresarios y comerciantes tienen.
Durante la primera fase de la Revolución Industrial el liberalismo político define un modelo de Estado; una teoría similar trata de definir un modelo de economía. Se considera aAdam Smith (imagen) , con su obra La riqueza de las naciones(1776), como el fundador del liberalismo económico y el iniciador del período de los llamados economistas clásicos. El propósito de Smith, como el de los fisiócratas y los mercantilistas, era descubrir el procedimiento de enriquecer al Estado, como demuestra su título, pero llega al convencimiento de que es condición previa el enriquecimiento de los individuos, y éste es el meollo de su obra: “Cuando uno trabaja para sí mismo sirve a la sociedad con más eficacia que si trabaja para el interés social”, es su axioma de la armonía entre el interés particular y el general.
Adam Smith es el gran panegirista de la libertad económica; para él es inútil la intervención del Estado, que habían predicado los mercantilistas; el orden se establece por sí mismo, por el juego de la oferta y la demanda. Si un producto es solicitado sube el precio y se favorece su elaboración, con lo que todo vendedor es retribuido según la importancia de los servicios que presta; la actividad concurrente garantiza el orden, la justicia y el progreso de la sociedad.
La llamada doctrina del laissez faire llena una etapa del pensamiento y de la actividad económica. En su base se esconde una glorificación de la libertad: el mercado se regula por libre concurrencia, el trabajador elige libremente su trabajo, la mano de obra se desplaza libremente, el contrato de trabajo es un acuerdo libre entre patronos y obreros.
El papel del Estado se reduce a defender la libertad de una actividad económica autónoma de cualquier regulación política. Los críticos de la escuela clásica distinguieron, como Sismondi, entre la libertad teórica y la real, que suponía igualdad.

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